Cosmovision Maya : La légende de Nicté-Ha // La leyenda de Nicté-Ha, la flor acuática !

cocomagnanville.over-blog.com – 21 Avril 2024 / lapalabramaya.wordpress.com – Julio 19, 2009

Peuples Mayas

Légende qui explique l’origine mythique d’une plante aquatique, nymphaea ampla (Salisbury), aux belles fleurs blanches et au parfum délicat, nommée Nicté-Ha, fleur d’eau ou « sol de agua ou ninfa » que l’on trouvait dans les cénotes et justifie pourquoi les cardinaux chantent tous les matins au pied des lacs et des cénotes où poussent ces fleurs.

Dans les temps anciens vivait à Nan Chan Kaan, aujourd’hui Palenque, un prince appelé ChakTzitzib (du maya chak ts’its’ib). Son père avait décidé de le marier à une princesse venue de loin, mais il était amoureux de la belle Nicté-Ha, la fille du gardien du Cenote sacré. Personne ne savait que les jeunes gens s’aimaient et qu’ils se retrouvaient tous les soirs au cenote. Nicté-Ha portait son huipil blanc ; et ChakTzitzib, sa tunique rouge. Et il chantait des chansons à sa bien-aimée.

Un jour, le Grand Prêtre les découvrit, et comme il ne voulait pas que Nicté-Ha soit la reine de Nan Chan Kaan, il projeta de l’éliminer. La nourrice du prince a senti les mauvaises intentions du ministre et a prévenu son maître. Alors ChakTzitzib a envoyé sa nourrice pour amener Nicté-Ha et l’épouser secrètement. Mais le prêtre rusé a suivi la nourrice et l’a assassinée.

Le prince, voyant que sa nourrice ne revenait pas, partit à la recherche de sa bien-aimée, qui l’attendait près du cenote. Quand ChakTzitzib l’a vue, il l’a prise dans ses bras. Cependant, le prêtre maléfique se cachait dans l’obscurité et avec son arc, il a tiré une flèche empoisonnée dans le cœur de la jeune fille, la faisant tomber dans le cenote. Le corps sans vie de Nicté-Ha a rapidement coulé. Le prince, incapable de contenir son chagrin, pleura amèrement et implora les dieux de l’emmener avec elle.

Voyant sa tristesse, le Seigneur des Eaux transforma Nicté-Ha en un magnifique nénuphar ; et le Seigneur des Oiseaux transforma ChakTzitzib en un fringant oiseau rouge. Depuis lors, au lever du soleil, le cardinal descend aux étangs pour chanter à sa chère Nicté-Ha.

SOURCE : http://cocomagnanville.over-blog.com/…/cosmovision-maya…

FUENTE : https://lapalabramaya.wordpress.com/…/la-leyenda-de…/

Hace muchos años vivía en la ciudad de Nan Chan, hoy Palenque, un apuesto príncipe llamado Chak Tzitzib. Su padre, el rey, había decidido casarlo con una princesa de tierras lejanas, pues pronto lo sucedería en el trono. Pero el corazón del joven príncipe ya tenía dueña. Estaba locamente enamorado de una plebeya, la hermosa doncella Nicté-Ha, quien era hija del guardián del Cenote Sagrado.

Ninguno de sus padres sabía que los jóvenes se amaban y que todas las noches se reunían junto al cenote para declararse su amor. Nicté-Ha iba vestida con su huipil blanco y Chak Tzitzib portaba su túnica roja. Él escribía bellos poemas y canciones para su amada, los cuales le leía cuando estaban juntos. Eran muy felices.

Pero sucedió que el Gran Sacerdote los descubrió. Con enorme rabia veía florecer ese amor. “¡Jamás una plebeya será reina de Nan Chan!” se dijo. Y comenzó a urdir un trágico final para esta historia de amor… ¡Nicté-Ha debía desaparecer para siempre!

La nana del príncipe, quien lo había cuidado desde pequeño y lo amaba como a un hijo, se dio cuenta del malévolo plan del ministro y advirtió a su señor. Entonces, Chak Tzitzib envió a su nana para que trajera a Nicté-Ha al palacio y poderse casar en secreto. Desafortunadamente, el astuto sacerdote se enteró de ello, siguió a la nana y la asesinó para que no le avisara a Nicté-Ha.

El príncipe, al ver que su nana no volvía, rápidamente se puso su capa roja y se internó en la selva. Su corazón le decía que su amada estaba en peligro. Mientras tanto, Nicté-Ha, que no sabía nada del siniestro plan del sacerdote, esperaba a su amado sentada junto al cenote y se contemplaba en el espejo de agua, el cual le devolvía la imagen de su gran hermosura. Cuando Chak Tzitzib llegó y la vio tan tranquila, respiró aliviado y la estrechó entre sus brazos.

Pero aquí no termina la historia. El malvado sacerdote aguardaba oculto en la oscuridad detrás un grotesco chechém. Al verlos abrazados, tensó su arco y dirigió una flecha envenenada al corazón de la joven doncella, atravesándolo con tal fuerza que la hizo caer al cenote. El cuerpo frágil y sin vida de Nicté-Ha se hundió rápidamente, desapareciendo de la vista de su amado. Instantes después, sólo flotaba en el agua su huipil blanco.

El príncipe, sin poder contener su dolor, lloraba amargamente y lanzaba gritos desgarradores:

—¡Oh, Dioses! ¡Por qué permitieron este cruel final para nuestro amor! ¡Tengan compasión, no quiero perderla! ¡Quiero estar con mi amada para siempre! —rogaba el joven príncipe, elevando sus negros ojos al cielo.

Los dioses, al ver tan profunda tristeza, se conmovieron tanto que Yum Chak, el Señor de las Aguas, hizo flotar a Nicté-Ha y, junto con su huipil blanco, la transformó en un bello y aromático nenúfar. Por su parte, Wayon, el Señor de los Pájaros, posó sus manos sobre el corazón sangrante de Chak Tzitzib y lo convirtió en un galante pájaro rojo: el cardenal. Desde entonces, todas las mañanas desciende el cardenal a los cenotes para cantarle a su amada Nicté-Ha, la flor acuática.

CHAK TS’ITS’IB: pájaro cardenal.

NIKTE’ HA’: Nimphaea ampla (Salisbury); en español se llama “sol-de-agua” o ninfa; común en lagos y aguadas, una planta grande con hojas flotantes y blancas flores de bello aspecto, hojas orbiculares, profundamente acorazonadas en la base, bastante dentadas; Stephens da el nombre “xikín chak” para la planta acuática, que aparentemente es ésta.

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