EL CÓNDOR EN EL PENSAMIENTO DE LA AMÉRICA INDÍGENA // Le condor dans la pensée autochtone d’Amérique du sud !

alconet.com.ar / cocomagnanville.over-blog.com – 28 Avril 2024

Cóndor: señor de los andes, ave del vuelo altivo, pájaro de alas que rozan los techos del cielo. Desde tiempos ancestrales, su presencia de solemne majestad ha fascinado a los pueblos andinos. Así el gran pájaro se convirtió en símbolo de sabiduría y mensajero de lo divino. En este momento de Simbolismo animal de Temakel, le presentamos parte de La magia del cóndor. El cóndor andino como patrimonio natural-cultural, obra de Sandra Gordillo. Gordillo es egresada de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) y Doctora en Ciencias Biológicas. En 1997 fue becada por el Consejo Nacional de Investigaciones y Técnicas de Argentina (CONICET) para realizar tareas de investigación en la University of Saskatchewan, Canadá. Aquí, impulsada por su amor al cóndor y su preservación, Sandra Gordillo nos acerca primero al cóndor y sus características físicas, su comportamiento y la etimología de su nombre; y, luego, nos guía dentro de la dimensión simbólica en la América indígena del ave del vuelo más alto. Para quienes deseen acercarse a la muy valiosa obra La magia del cóndor pueden consultar:

http://www.copanacu.org.ar

UN AVE NATIVA DE GUANTES NEGROS Y COLLAR BLANCO

El cóndor andino es considerado el ave voladora más grande del mundo. Un ejemplar adulto presenta plumaje negro con partes blancas sobre el dorso de las alas. Dos características morfológicas notables del cóndor son su collar de plumones blancos, y que en vuelo, el ave proyecta una figura relativamente rectangular con los extremos digitiformes, que corresponden a las puntas de sus grandes plumas.

Esa imagen del cóndor planeando a grandes alturas no pasa desapercibida, y fue seguramente lo que más impresionó a todos los pueblos indígenas de los Andes.

La Cordillera de los Andes, en toda su extensión de 7500 km, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego, es el hábitat natural del cóndor. Pero además de los Andes, el cóndor habita en áreas precordilleranas y parte de las Sierras Pampeanas (Sierras de San Luis y Sierras de Córdoba). Dada la gran extensión latitudinal del área considerada, y acompañando las variaciones climáticas, las manifestaciones de vida asociadas al cóndor también van variando, dando lugar a lo largo de ese gradiente latitudinal, una gran diversidad biológica y cultural.

El nombre dado por los taxónomos al cóndor andino es Vultur gryphus. La interpretación más difundida es que vultur deriva de una palabra quechua (kuntur) que significa buitre, (aunque hay quienes sostienen que kuntur lleva en la sílaba kun la idea de lluvia por asociación con la divinidad Kun, Cun o Con). Pero no se trata de un buitre común, ya que aparece asociado a gryphus, que es el nombre dado al ser mitológico Grifo, mitad águila y mitad león. Esta asociación con el águila, que es un animal depredador, le ha otorgado muchas veces al cóndor mala fama, ya que en realidad se trata de un animal carroñero. Pero siguiendo con la sistemática de esta especie, el cóndor andino pertenece a la familia de los Catártidos, término derivado del griego kathartes que significa « el que limpia », lo que acertadamente hace alusión a sus hábitos carroñeros. (*)

(*) Fuente: Extraído de: Gordillo, S 2002. El cóndor andino como patrimonio cultural y natural de Sudamérica; en: Actas Primer Congreso Internacional de Patrimonio Cultural, Córdoba).

EL CÓNDOR EN EL PENSAMIENTO DE LA AMÉRICA INDÍGENA

Algunas aves, y entre ellas el cóndor, ocupan un lugar vertebral en la religión y mitos de la humanidad. Así como el cóndor es sagrado en gran parte de Sudamérica, en el lado norte del continente el símbolo es el águila y, en otras culturas, otras aves similares son veneradas. Tal vez se deba a que las aves representan siempre para el hombre una metáfora de la ascensión y de la libertad.

La imagen del cóndor aparece asociada a distintas culturas de la América indígena desde el período preincaico, y se ha mantenido en algunos casos hasta la actualidad.

El cóndor en las culturas preincaicas de Bolivia y Perú

En territorio boliviano, al sudeste del Lago Titicaca se encuentra Tiwanaku (Tiahuanaco en quechua), considerado, después del Cuzco, el sitio arqueológico más célebre de los Andes. Esta cultura prosperó entre los años 900 y 1300 d.C. Allí fueron hallados, la Puerta del Sol, uno de los monumentos más notables de toda la América antigua, y muchos monolitos esculpidos. Tiwanaku constituía sin duda un centro religioso. Según Henri Lehmann 27, la principal figura esculpida en la gran puerta es la imagen de la divinidad Viracocha: « está de pie, con la cabeza circundada por rayos que representan cabezas de felinos y serpientes; en cada mano tiene asido un cetro cuyo extremo lleva una escultura en forma de cabeza de cóndor; lo rodean tres hileras de personajes en marcha; los del medio lucen máscaras de cóndor ».

En uno de los monolitos de Tiwanaku, el monolito Bennett, no aparece en cambio un personaje central. Aparentemente su decoración también es muy significativa. Rodolfo Kush describe que la misma consiste en tres elementos: cóndor, pez y felino. Según como veremos luego, el cóndor se vincula al cielo o « mundo de arriba » y el pez al « mundo de abajo ». Estos son distribuidos en las figuras a modo de opuestos, ya que cóndores y peces aparecen en la cara anterior, y en el lado izquierdo y derecho del monolito. En la espalda en cambio, disminuye el número de peces y predomina el de los felinos. Para Kush « la decoración consiste en un relato en el cual el tema del cóndor se enfrenta con el tema del pez, y luego se da hacia la espalda el tema del felino como conciliador de opuestos y como resultante de la energía nefasta del pez unido a las virtudes inherentes al cóndor, todo ello entrelazado con los temas de la revolución del tiempo y de la integración ». En suma, quizá no exprese más que la idea de cómo el mundo del cóndor debe pasar por el mundo del pez para lograr el plano del felino. Siguiendo con esta interpretación, la decoración del monolito Bennett estaría reflejando la visión del cosmos indígena.

También los mochicas, que habitaron la costa norte del Perú, adoraban, según Garcilaso de la Vega, a todo cuanto veían en la naturaleza: árboles, montañas, búhos, tigres, cóndores,…, todo adoraban. En la misma época, en la costa sur de Perú, Lehmann menciona que en la cerámica Nazca las representaciones favoritas fueron un personaje con máscara de felino, coronado por una serpiente erizada de espinas; y también un personaje-pájaro.

Los motivos de la Puerta del Sol a los que nos hemos referido fueron copiados por otros artistas del antiplano y difundidos entre los distintos pueblos que habitaban los Andes, y se han mantenido con algunas variantes o transformaciones entre las culturas que mantuvieron contacto, o aquellas en las cuales derivaron.

Continuación y Enlace al artículo en español : http://www.alconet.com.ar/…/simbolismo…/el_condor.html

Suite et Lien vers l’article en français : http://cocomagnanville.over-blog.com/…/le-condor-dans…

Certains oiseaux, dont le condor, occupent une place centrale dans la religion et les mythes de l’humanité. Tout comme le condor est sacré dans une grande partie de l’Amérique du Sud, du côté nord du continent, le symbole est l’aigle et, dans d’autres cultures, d’autres oiseaux similaires sont vénérés. Peut-être est-ce parce que les oiseaux représentent toujours pour l’homme une métaphore de l’ascension et de la liberté.

L’image du condor semble associée à différentes cultures de l’Amérique indigène depuis la période pré-inca et a été maintenue dans certains cas jusqu’à aujourd’hui.

Le condor dans les cultures pré-incas de Bolivie et du Pérou

En territoire bolivien, au sud-est du lac Titicaca se trouve Tiwanaku (Tiahuanaco en quechua), considéré, après Cuzco, comme le site archéologique le plus célèbre des Andes. Cette culture a prospéré entre les années 900 et 1300 après J.-C. On y a découvert la Puerta del Sol, l’un des monuments les plus remarquables de toute l’Amérique ancienne, et de nombreux monolithes sculptés. Tiwanaku était sans aucun doute un centre religieux. Selon Henri Lehmann, le personnage principal sculpté sur la grande porte est l’image de la divinité Viracocha : « il est debout, la tête entourée de rayons qui représentent des têtes de félins et de serpents ; dans chaque main il tient un sceptre, au bout de laquelle il porte « une sculpture en forme de tête de condor ; trois rangées de personnages en marche l’entourent ; ceux du milieu portent des masques de condor ».

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